CÍRCULO DE ESTUDIOS POLÍTICOS Y SOCIALES

CIREPS

La izquierda según Nicolás Lynch

Comentario a ¿Qué es ser de izquierda? de Nicolás Lynch

Por Alessandro Caviglia Marconi.

El texto presenta una infinidad de aspectos, entre los que elegiré algunos, los que me parecen más resaltantes a fin de dilucidar qué es el “socialismo democrático”. Con ello anuncio desde ya que no seguiré la secuencia del libro y que buscaré precisar lo que es el “socialismo democrático” a) en contraposición con las otras posiciones políticas, ya de izquierda, ya de derecha, y b) dando cuenta de sus aspectos programáticos.

1) El “socialismo democrático” dentro de las cuatro tendencias políticas.

El “socialismo democrático” surge en el Perú a raíz de dos fenómenos históricos: a) la caída del Muro de Berlín y b) SL y el MRTA; y tiene como adversarios políticos a la izquierda maxista-leninista (que es antidemocrática), a la derecha antidemocrática y a la derecha democrática. Diríamos que en el espectro político se encuentran: a los extremos la izquierda y la derecha antidemocrática, y en el centro la izquierda y la derecha democrática.

Lo que caracteriza a las dos tendencias antidemocráticas es el autoritatismo. La izquierda marxista-leninista propone a) una política revolucionaria por medio de la violencia, b) originariamente sugiere la “dictadura del proletariado” y luego la dictadura del partido comunista (que sería el representante político del proletariado), c) la eliminación de las libertades democráticas básicas, d) el no compromiso con los Derechos Humanos y e) la eliminación de la propiedad privada y, por ende, del sistema del libremercado.

La derecha antidemocrática propone a) llegar al poder por medio de golpes de estado militares o cívico-militares, b) instaurar un régimen dictatorial, c) eliminar las libertades las libertades democráticas básicas, d) el no compromiso con los Derechos Humanos, e) el fomento del libremercado y de una política neoliberal (con la consiguiente defensa a ultranza de la propiedad privada de las minorías más pudientes), f) garantizar la seguridad y la estabilidad del país (por ejemplo, el combate contra el terrorismo).

Las tendencias políticas de centro se caracterizan por ser democráticas, es decir a) defender una Constitución democrática (el Estado Democrático de Derecho) y b) estar comprometidas con los Derechos Humanos, c) considerar que el mercado es el mejor distribuidor de recursos.

Ahora bien, el texto no precisa suficientemente cuáles son las distinciones entre ambas tendencias de centro, aunque el lector puede aventurar que lo temas de la prioridad y la interpretación de la justicia social, junto con el trato al mercado (si es que hay que establecer regulaciones y de qué naturaleza) marcarán la diferencia. Pero el hecho de que esta distinción no quede precisada por completo puede ser indicio de una veta de reflexión sobre los conceptos políticos que queda por explorar.

2) Las dos izquierdas

Una distinción importante entre la izquierda autoritaria (marxista-leninista) y la democrática (el socialismo) la constituye la alternativa “revolución” o “reforma”. La izquierda autoritaria se propone a la vez destruir el Estado vigente y reemplazar la Constitución. Los agentes de la revolución serán el partido comunista y sus bases revolucionarias, con lo cual las reformas se hacen “desde arriba”. Esto trae como consecuencia política el que se cancela el sistema de partidos y se instaura el Partido Comunista como Partido Único.

En cambio, la izquierda democrática propone al aceptación del Estado y la Constitución vigentes (por ser democráticos ambos), y su lucha política consiste en ir introduciendo paulatinamente las reformas necesarias por medio de las vías establecidas por la democracia vigente. Los agentes de la reforma serán todos los actores de la sociedad civil, con lo cual las reformas se hacen “desde abajo”. Esto trae como consecuencia para el sistemas de partidos el que se mantiene el sistema de partidos (en el cual cada uno expresa una tendencia) y la meta del partido socialista democrático no es eternizarse en el gobierno, sino cumplir un rol de oposición constructiva y democrática cuando no es gobierno.

Esto último implica que el partido socialista tiene una vocación pluralista en tres sentidos: a) apuesta por un sistema de partidos políticos plural, b) en tanto que partido aglutina un conjunto de fuerzas progresistas (cristianos, socialistas, etc) que están comprometido con las libertades democráticas y con la primacía de la justicia social (distributiva). Finalmente c), el partido socialista, al entender que la política reformista no debe hacerse desde arriba (como en el caso de la socialdemocracia), sino desde la sociedad civil, se encuentra comprometida con la pluralidad que ésta representa.

Una cosa adicional sobre la sociedad civil. El análisis político propuesto señala que la democracia que tenía como eje la concurrencia de los partidos políticos se encuentra actualmente en crisis, pues los partidos se han convertido en la década de los 80 en representantes de intereses de élites y no cuentan con la posibilidad de representar a todos los ciudadano. Es por ello que la izquierda democrática apuesta más por la sociedad civil que por el sistema de partidos, al que perciben como desgastado.

Finalmente, en su contraposición al marxismo-leninismo, el socialismo democrático muestra una valoración de Mariátegui pues encuentra en él una lucha constante por tener una izquierda alternativa a la expresada por el m-l dominante entonces. Esta izquierda alternativa supone una valoración del campesino (que en cierto modo puede expresar una valoración por las culturas oprimidas) y la necesidad de adaptar el pensamiento de la izquierda a la realidad peruana (siguiendo los pasos de Gramsci en Italia).

3) Los aspectos programáticos del socialismo democrático.

El proyecto del socialismo se entiende como un proyecto emancipador. Se trata de liberar, por medio de la política reformista, a las personas de diferentes tipos de dominación social: de clase, de raza, de género y de procedencia regional. El proyecto, en el fondo, consiste en realizar las promesas que surgen en la revolución francesa: la de una sociedad de seres humanos libres, iguales y solidarios.

Para lograr tal objetivo el S.D. se propone realizar una democratización social. Ésta consiste en disolver los mecanismos de dominación y desigualdad que atraviesan a la sociedad civil por medio de una política que potencie el poder de los mismos integrantes de la sociedad civil, fomentando los procesos de organización social. La democratización está inspirada por una lucha por la igualdad. La igualdad está entendida en dos sentidos: igualdad política y social. La igualdad política implica la igualdad en derechos ante el Estado (es decir, la disolución de las prerrogativas aristocráticas u oligárquicas). La igualdad social contiene dos elementos: de una parte, una lucha contra la discriminación de raza, étnica, de género y de procedencia regional (y, obviamente, el combate de las dominaciones que se permiten esas discriminaciones); de otra parte, la igualdad social incluye en componente de la desigualdad económica. Como la oposición plena a la desigualdad económica entra en conflicto con la valoración del mercado como el mejor medio de distribución de los bienes económicos, esta lucha contra la desigualdad es parcial: se trata de establecer las política que permitiendo el funcionamiento del mercado lo regulen en sentido que garantice que nadie se encuentre por debajo de los límites aceptables respecto al acceso a bienes básicos. Esta regulación se realiza por medio de una carga impositiva adecuada que permita el desarrollo de la política social del Estado. Esto es lo que se denomina una “economía social de mercado”.

Puesto que la discriminación racial y étnica es algo de lo que hemos de emanciparnos el socialismo democrático propone la construcción de un país pluricultural y multilingüe, es decir, la consolidación de una democracia en la que se respete la diversidad cultural y lingüística.
A fin de combatir la discriminación por razones de regionalismo, se propone la descentralización del país. Esto supone que los mecanismos de gobierno regionales permitan que el ejercicio del poder se desarrolle desde abajo. Esto va directamente vinculado a potencial la capacidad de control político de parte de la sociedad civil.

Dos aspectos adicionales son la pacificación y la globalización. La pacificación implica dos cosas al mismo tiempo: en un nivel más inmediato, se trata de terminar victoriosamente la lucha contra el terrorismo con los recursos de las fuerzas del orden democráticas. En un nivel más amplio, la pacificación supone un cambio en el modo dominante de hacer política en el Perú. Ese modo dominante es haciendo uno del medio violento de la confrontación política (ya Flores Galindo nos instruyó lo suficiente al respecto). La pacificación implica pasar a implementar mecanismos de construcción de consensos como modos de hacer política en el país.

4) Algunos puntos controversiales de la propuesta.

a) La identificación entre el proyecto revolucionario y la violencia.
b) El recurso al mestizaje para analizar la pluralidad cultural y lingüística.
c) La no clarificación de la distinción entre derechos individuales y colectivos.