CÍRCULO DE ESTUDIOS POLÍTICOS Y SOCIALES

CIREPS

Breve apunte sobre la discriminación

Arturo Caballero Medina

Discriminación es el acto de hacer una distinción o segregación que atenta contra la igualdad de oportunidades. Normalmente, se utiliza para referirse a la violación de la igualdad de los derechos para los individuos por cuestión social, racial, religiosa, por género. Tomando una parte del artículo 1º de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación, se definiría como: «La distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos varios (sexo, raza, religión, condición social...) cuyo propósito o resultado sea anular o disminuir el reconocimiento, preferencia o ejercicio, en iguales condiciones, de los derechos humanos y libertades fundamentales en la política, la economía, la sociedad, la cultura o cualquier otra esfera de la vida pública.»

Existen dos tipos básicos de discriminación: la positiva y la negativa. La discriminación positiva consiste en favorecer a un grupo de individuos de acuerdo a sus características o circunstancias sin perjudicar de ninguna manera a otro. El objetivo es, en este caso, disminuir los efectos de una situación de desigualdad para nivelar a los discriminados respecto a aquellos que disfrutan de mayores ventajas. Por ejemplo, en algunos países de Europa, está normado que un número determinado de mujeres ocupen cargos públicos. Lo mismo ocurre en algunos países de América Latina, como Honduras, Guatemala y El Salvador, con las minorías indígenas. La discriminación negativa consiste en excluir a un sector social sobre la base de ciertos prejuicios que se entienden como válidos para justificar la discriminación. A diferencia de la primera, la discriminación negativa perjudica, deliberadamente, a un grupo. Esto se evidenció durante los años 60, estaba prohibido que un ciudadano de raza negra ocupe los primeros asientos de un autobús o que niños de raza negra acudan a escuelas de blancos.

Una de las manifestaciones de discriminación más común es la racial. Esta presupone que existen razas superiores a otras y, por ende, también culturas superiores a otras, lo cual se sustenta en prejuicios que carecen de toda validez científica y que, en realidad, buscan reforzar el poder de quienes realizan la discriminación. Por ejemplo, el antisemitismo, actitud discriminatoria contra los judíos, alcanzó niveles dramáticos durante la Segunda Guerra Mundial en Europa. Adolf Hitler desarrolló toda una maquinaria sistematizada para eliminar a la población judía mediante métodos absolutamente condenables, tales como cámaras de gas, trabajos forzados, ajusticiamientos selectivos y reclusión forzada en campos de concentración.

Otra de las más extendidas es la discriminación por género. Esta consiste en privilegiar los roles de un sexo en perjuicio del otro, lo cual puede suceder en diferentes ámbitos como el laboral o el académico. A pesar de que Japón ha experimentado una modernización tecnológica muy notable, es frecuente en ese país que un hombre y una mujer que realizan el mismo trabajo dentro de una empresa perciban remuneraciones diferentes, lo que se refleja en salarios más bajos para las mujeres. Sin embargo, en los últimos años, esta situación ha ido cambiando progresivamente en todo el mundo, pero subsiste en algunas sociedades más que en otras, sobre todo en las conservadoras.

En suma, la discriminación es un concepto muy amplio, ya que posee diversas manifestaciones sociales. Aunque cada manifestación tiene características peculiares, todas coinciden en que se excluye a un individuo o grupo social sobre la base de prejuicios revestidos de veracidad. Esto se agrava al perjudicar la dignidad humana, puesto que atenta contra sus derechos fundamentales, entre ellos, la igualdad ante la ley, principio fundamental de las democracias liberales modernas